21 de enero de 2009

Hope


Ayer día 20 de Enero de 2009, Barack Hussein Obama tomo la posesión del cargo más importante de su vida, del cargo posiblemente con mayor responsabilidad del mundo.

Sobre sus hombros pesan muchas expectativas, el tiempo dira si son quizás demasiadas. Creo que todos sabemos que nada cambia de la noche a la mañana y eso mejor que nadie lo saben los americanos (en la era de Roosvelt fueron ellos quien inventaron el beneplacito de los primeros 100 días de un nuevo presidente).

Obama promete ante todo que un nuevo mundo es posible. Lo que esta claro es que ayer cuando G.W.Bush se subió al helicóptero que lo llevaría a su rancho de Texas acababa una era. Y el Señor Barack (que se traduce Bendito) Hussein Obama al jurar su cargo puso en marcha una nueva.

Solo el tiempo pondrá a cada uno en su lugar y será entonces cuando cada promesa, cada echo, cada triunfo o fracaso nos indicará cuanto equivocado o acertado fue el discurso de ayer de Obama ante 2 millones de personas.
Personalmente me siento un afortunado al vivir esta era de cambio. Hoy día nuestro mundo parece haber tocado fondo, los cimientos que la aguantan parecen desmoronarse antes de lo que nadie hubiera imaginado. Pero es gracias a eso que los cambios más importantes se daran cita, cuando mayor es el problema mayor debe ser la solución. Y estamos pues ante el mejor momento para el cambio, para la toma de un nuevo rumbo. Obama no es Dios y el lo sabe, pero el 44 presidente de los Estados Unidos de América puede ser un punto brillante en la historia, que ilumine lo oscuro de nuestras ambiciones y dote de esperanza a los más necesitados de aire nuevo, y arremeta con justicia contra todos aquellos que creyeron que sus imperios de codicia y crueldad durarían mil años. Nunca un solo hombre tuvo tanto que hacer...

"Todo esto podemos hacerlo. Y todo esto lo haremos. Algunos cuestionan la amplitud de nuestras ambiciones y sugieren que nuestro sistema no puede tolerar un exceso de grandes planes. Sus memorias son limitadas. Porque han olvidado lo que este país ya ha hecho, lo que hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación se une al interés común y la necesidad a la valentía.
Lo que no entienden los cínicos es que el terreno que pisan ha cambiado y que los argumentos políticos estériles que nos han consumido durante demasiado tiempo ya no sirven.
La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro Gobierno es demasiado grande o pequeño, sino si funciona, ya sea para ayudar a las familias a encontrar trabajos con un sueldo decente, dar una sanidad que pueden pagar y una jubilación digna. Allí donde la respuesta es sí, seguiremos avanzando y allí donde la respuesta es no, pondremos fin a los programas. Y a los que manejamos el dinero público se nos pedirán cuentas para gastar con sabiduría, cambiar los malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día, porque solo entonces podremos restablecer la confianza vital entre un pueblo y su Gobierno."